Día 20 - La Santidad y la Libertad

Tesoros Devocionales - La Santidad Andrew Murray

 

 

 

Día 20

La Santidad y la Libertad

 

En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia. Ofrezcan

ahora (Los miembros de su cuerpo) para servir a la justicia que lleva a la santidad…. Ahora que

han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce

a la vida eterna.

 

 

ROMANOS 6:18-19, 22

 

No existe ninguna otra posesión más preciosa o de mayor valor que la libertad; no hay nada más inspirador o elevado. Por el contrario, no hay nada tan depresivo y degradante como la esclavitud. Ella le roba al ser humano el poder de auto-decidir, de actuar por sí mismo, de ser y hacer lo que quiera.

 

La vida de pecado es esclavitud; es la servidumbre a un poder extraño que ha logrado el dominio sobre nosotros y nos obliga al más miserable servicio. Pero Cristo nos libera del poder del pecado y restaura nuestra libertad. Si hemos de vivir verdaderamente como redimidos, es necesario no solo que miremos la obra de Cristo para llevar a cabo nuestra redención, sino aceptar y reconocer que la libertad con la cual Él nos ha hecho libres es completa, segura y absoluta.

 

El apóstol Pablo nos dice que la libertad del poder del pecado y el sometimiento al servicio de la justicia no son en sí mismos La santidad, pero sí el único camino seguro hacia ella. No debemos limitarla a una simple liberación judicial del pecado. El contexto muestra que Pablo habla de una realidad espiritual, de ser unidos con Cristo en su muerte y su resurrección, y ser puestos de esta manera completamente fuera del dominio del pecado. No habla de una experiencia mediante la cual sentimos que somos libres del poder del pecado. Habla del gran hecho objetivo de que Cristo nos ha liberado finalmente de ese poder que el pecado tenía para obligarnos a hacer lo indeseado. Y nos exhorta para que con fe en este glorioso hecho, rehusemos con decisión y confianza cualquiera otra cosa que sea inferior a la plena libertad en Cristo, del poder y dominio del pecado.

 

Satanás hace el máximo esfuerzo por mantener a los creyentes en ignorancia de lo completa

que ha sido su liberación de la esclavitud.

 

Satanás hace el máximo esfuerzo por mantener a los creyentes en ignorancia de lo completa que ha sido su liberación de la esclavitud. Esta libertad en Cristo debe llegar a ser nuestra en un acto de apropiación personal mediante el Espíritu Santo. Esto último depende de lo anterior. Mientras mayor sea la fe, más claro es el discernimiento, más triunfante es el disfrute en Cristo Jesús de la libertad con la cual nos ha hecho libres; más rápida y completa nuestra entrada a la libertad gloriosa de los de Dios.       

 

Glorioso Señor, abre mis ojos para ver esta maravillosa libertad y al hecho de que el pecado

ya no tiene dominio sobre mí. No puedo subsistir separado de ti por un momento, pero en ti

permanezco firme. Amén.