Capítulo IV - Disciplina y Bautismo en el Espíritu Santo
Capitulo IV
Disciplina y Bautismo en el Espíritu Santo
El Camino de la Gracia Disciplinada
Y nada y nada y me dijo éste hombre, mire hermano a usted le hace falta algo, usted sabe muy bien cuando usted tiene su hijo y lo pone sobre una mesa y usted le dice tírese y el niño se le arroya en sus brazos, porque sabe que es el papá, y que no lo va dejar caer,” hermanito arrójesele a los brazos del Señor y verá que Dios lo va a ministrar”. Eso lo hacia, Dios mío, le decía, aquí estoy, no se como hacerlo, Dios, me arrojo en tus bracitos, dígame que hago, y pasa el tiempo y nada, nada, de pronto me doy cuenta de alguien, un evangelista va a venir a Pereira y tiene una campaña y me di cuenta que ese hombre era de ayuno y oración; Él estuvo primero en Manizales y luego en Pereira, me di cuenta 20 días antes de que venia a una campaña y comencé a ayunar y a orar, y propuse en mi corazón, este hombre me lo voy a llevar para la casa a comer para que el ore por mi, porque yo necesito ese bautismo, eso fue en la plaza de Bolívar de Pereira, ¡Que campaña tan espectacular!
El lunes empezó la campaña era de lunes a domingo en el año de 1988. Esa campaña para recibir el bautismo en el Espíritu Santo yo buscando, esa campaña fue espectacular, espectacular y el lunes terminó el primer día, me le pegué al evangelista, venga yo lo invito a comer a mi casita, él me decía, hoy no puedo porque estoy en ayuno, dije listo entonces el martes empieza la campaña y termina el culto y me le pego, le dije lo invito a comer a mi casa, él me decía no puedo estoy ayunando, estoy ayunando, yo decía amén.
Al tercer día yo decía, hermanito, hermanito, lo invito a comer a mi casa, y me dijo no, hagamos una cosa yo mañana voy a su casa al medio día. Cuando él me dijo al mediodía, mi corazón sufrió una punzada porque yo en ese tiempo estaba administrando un almacén en un barrio lejos de aquí donde vivía, en el barrio Cuba, eran 45 minutos de ida y 45 minutos de regreso, no me quedaba tiempo para hablar con él, sin embargo le dije que sí, pero Dios en su misericordia, daño todo, le dije, hermanito, no yo lo invito por la noche.
Después que terminó el culto por la noche el jueves, le dije, camine pues, hermanito, pero una señora, lo traía a él, y dijo, camine los invito a comer a otro lado, entonces el hermano le dijo, hoy voy a comer en la casa del hermano, y dijo, dígale al hermano a ver si acepta, y rápido mi cabeza pensó, le dije vamos a comer donde la hermana quiere, pero de ahí salimos para mi casa le dije al predicador, le dije al evangelista Gustavo Cure, un ex narcotraficante, pero lleno de Dios, oriundo de Santa Marta; que Dios lo rescató para gloria de su santo nombre. Entonces él me dijo, no hermano, no puedo, si vamos por allá yo sigo por donde estoy hospedado porque, Entonces le dije, vámonos para mi casa, nos fuimos para mi casa; hacia muchos meses estaba buscando el bautismo y nada; inclusive, cuando yo administraba el almacén allá en Cuba, yo cerraba la puerta a las 6 de la tarde y me metía allá solito, buscando la presencia de Dios y el bautismo con el Espíritu Santo.
Abría la boca y decía al Señor, bautízame, bautízame, yo ayudaba a dirigir un grupito, allá en el barrio Matecaña, aquí mismo en Pereira y yo le decía al a gente de la Iglesia, yo estoy buscando de Dios, yo estoy buscando el bautismo, si Dios me dice en la calle que me tire de rodillas que lo voy a bautizar, a mi no me importa la gente, a mi lo que me importa es tener a Dios, a mi lo que me importa es ese bautismo en el Espíritu Santo poderoso que es grande, sea Dios bendito. ¡Aleluya!
Amado mío tremendo eso, y yo me encerraba de vez en cuando allá en el local, en el almacén, por la noche le rogaba a Dios, bautízame, recordaba a hermanitos, que eran bautizados en el Espíritu Santo, había uno que me colaboraba en forma muy especial, era de Barranquilla y estaba con una iglesia y yo le decía hermanito, hermanito, yo quiero que ore por mi. Comenzaba el hermano “Yo ahora te presento al varón Ignacio Jaramillo, yo te pido que lo bendigas Señor yo te pido que lo ayudes, Señor bautízalo con tu Espíritu Santo, el anhelaba esto, y comenzaba ha hablar en otras lenguas, y yo abría la boca abría la boca; que importa que me dijeran loco, fanático, no, que me importa lo que sea, hermano yo abría la boca, y decía, dámela Señor, dámela Señor y nada; antes de estar con Gustavo Cure ahí en mi casa eso pasaba, lo llame muchas veces y nada, nada; hasta que llegó el momento, antes de eso también, yo quiero hacer énfasis; antes de eso yo iba a otros lugares donde llegaban evangelistas, habían unos evangelistas muy especiales, esos evangelistas que se quedaban sentados en las casas; y me informaban y me decían voy a orar por el Bautismo en el Espíritu Santo y yo era el primero que estaba, no por jactancia lo digo, sino porque anhelaba de Dios, una y otra vez sentía una sed tremenda, se me metió en el corazón.
Después del testimonio de Yiye Ávila; una sed tremenda profunda a mi me había pasado, a mi me pasa y eso me movía para todos lados y decían repitan conmigo, repitan conmigo. Yo decía yo que voy a repetir, yo no voy a repetir nada; yo quiero lo tuyo yo quiero, lo legitimo, yo quiero lo puro, yo quiero lo que venga de ti; Señor, eso es lo que yo quiero, y decía, este evangelista, y repita y repita, me movía para todos lados, hermano casi no me lo quito de encima, Iglesia del Señor; que iba yo a recibir así, nada, hermano quedaba triste, triste; de pronto a otro lugar llegó otro predicador y también dijo lo mismo voy a orar por el bautismo en el Espíritu Santo, mire el diablo hasta donde lo quería llevar a uno; Iglesia del Señor, por eso usted aprenda a buscar lo legitimo, y lo puro que esta en las sagradas escrituras, no se pongan ustedes a imitar a alguno; mucho menos las lenguas; deje que Dios se las de; las lenguas son del cielo, son puras.
Y llegó otro y dijo voy a orar por el bautismo y yo me tiré allá también, ahí era de pie, con las manos levantadas y el me pone la mano en la cabeza y comienza a orar y hablar en lenguas y entonces decía enrede la lengua, pensé, éste esta peor, es que enrede la lengua, ay Padre Bendito, a todo el mundo le decía “Dios quiero lo tuyo” papacito pero que es todo esto, que es todo esto Dios, por favor ayúdame. Enrede la lengua si puede, siervo, enrede la lengua y comenzaba a hablar unas cosas, yo no se si eran lenguas y yo decía Dios mío por favor ayúdame, yo no quiero eso; A lo último tuve que hacer así: glu glu glu…. Para quitármelo de encima y dijo, por fin, como así que por fin hombre, como vas a creer que unas lenguas de Dios son esas, las lenguas que Dios da es un idioma Celestial, entienda, no es un enredo , no es un enredo, son las lenguas del cielo, idioma celestial, con que se adora a Jehová de los ejércitos, con que se alaba a Jehová en el Espíritu de Dios, y él es el que da ese bendito lenguaje y eso es lo que yo anhelaba, eso era lo que yo anhelaba, eso,……….(hablar en lenguas).
Que iba yo a enredar la lengua, yo hombre; Yo anhelaba lo verdadero yo anhelaba lo puro, y viene el diablo a decirme que enrede la lengua, por eso es que he oído en lenguas y eso no son lenguas, eso no son lenguas. Las lenguas benditas del cielo es un idioma celestial, escuche bien idioma celestial, alabado sea Dios, bueno y eso pasa, pero ya ese día, cuando llevé a mi casa al evangelista Gustavo Cure a mi casa, el diablo también me quiso robar la bendición. Él se sentó ahí en una de las sillas y yo me le senté a su lado y yo le decía, hermanito Gustavo, yo anhelo el bautismo, yo anhelo el bautismo. Él lo sabe, hace meses que estoy buscándolo y nada y nada. Gustavo, le decía Gustavito y él es un hombre muy inquieto, se movía de un lado para otro asiento, yo me le pegaba también yo le decía , yo anhelo el bautismo, entiéndame por favor.
Lo he traído a mi casa para que ore por mi, porque anhelo el bautismo y me dijo amén, amén, amén, eso es de toda persona de Dios que quiere, él es costeño; y ahí sentado y se me pasa para otro puesto, hombre, y yo me le paso también, y le dije hermano, hermanito, Gustavito, entiéndame, quiero el bautismo, quiero el bautismo en el Espíritu Santo. Yo lo anhelo, lo necesito, hermano, y él me dijo aja lo que quieres es el bautismo, el domingo tengo predicación en tal iglesia y voy a predicar allí sobre el bautismo por el Espíritu Santo y le dije ahí amén, amén, cuando le dije amén, amén mi corazón sintió algo y le dije ay hermanito, Gustavito, no puedo, no puedo, lo que pasa es que yo soy el que ministro la adoración y la alabanza en la iglesia y no puedo dejar al pastor solo hermano, y me dijo él, vamos a orar, y yo levanté mis manos y comencé a adorar a Dios, tu sabes que necesito el bautismo, Siempre que comenzaba a orar por el bautismo una voz en mi interior que me decía hoy no, mañana si, hoy no, mañana, y esa voz me ganó por mucho tiempo, y yo me dejaba llevar, hoy no, mañana si. Jehová reprenda al diablo que me estaba perturbando y me dijo, no le preste atención al diablo, me dijo, alaba a Dios, solamente alaba a DIOS, cuando él me dijo eso; la voz del diablo decía hoy no mañana si, y un letrero así cruzado en letra azul rey que decía, pero claro incredulidad, pero sino se me había venido, nunca se me había venido, pero oraba, solamente la voz se me vino, solamente la voz y esa palabra, incredulidad, incredulidad, yo leo eso y cuando el percibe de parte de Dios que el diablo estaba molestándome, dijo, no le preste atención al diablo, alabe a Dios, alabe a Dios, yo alce mas mi mano y dije Padre, yo te alabo, te bendigo, en esta hora, papacito desciende toma mi alma, te glorifico Señor, me dijo no le pida nada, que usted ya le pidió, solamente alábelo, yo decía te alabo Padre, te bendigo Señor y te exalto, te bendigo; hermano, yo comienzo a alabar al Señor, la voz que se me va de mi cabeza porque se la llevó el Señor; y quitó eso del diablo de mi cabeza y ese letrero se despedazó y se .perdió, y hermano y el que me pone la mano en mi cabeza y yo que recibo lo que tanto había deseado, lo que tanto amaba, lo que tanto anhelaba, Dios sabe que yo leía esa palabra en San Mateo 3:11 cuando dice san Juan el Bautista “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento pero el que viene tras mi es mas poderoso que yo, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”.
Esa palabra yo la deseaba, ese texto yo lo abrazaba, la palabra, yo decía yo lo anhelo, en ese momento cuando ese hombre pone la mano en mi cabeza, hermano, eso no fue sino ponerla, por eso yo bendigo a la persona con la unción del Espíritu Santo en hombres y mujeres que se meten con Dios; Y recibo el bautismo en el Espíritu Santo; tres palabritas me dio y comienzo a hablar en lenguas: “sita lama loi”, sita lama loi”.
La chispa se encendió, la chispa se encendió, yo estoy tocado, yo me arrojo al piso a adorar a Dios, y hablarle las tres palabritas que me dio, yo quería hablar más, pero, no me salía. Quería hablar pero no me salía, la chispa se encendió y yo decía las tres palabras yo besaba las paredes, yo abrazaba a todas las personas que estaban ahí con un amor tremendo, con un amor puro, con un amor verdadero, pero que yo he testificado, que si hubiera tenido un enemigo ahí yo lo abrazo, yo lo beso, yo le perdono, porque el amor de Dios lo llena todo. Dios me lleno de amor en esa hora.
Gracias Jesús, Gracias Padre, Gracias Señor, bendito sea Jehová, que lindo es el Señor, Aleluya. Hermano eso fue espectacular ese día, eso fue hermoso hermano, una cosa es hablar otra cosa es haberlo sentido, ahí tenia un hermanito que yo me había ganado hacia poquito para el Señor y el de verme tan feliz, también recibió el bautismo en el Espíritu Santo Hasta ni se dio cuenta cuando dizque comenzó a hablar en otras lenguas el también viéndome tan feliz como estaba, yo abrazaba el piso, yo abrazaba las paredes, abrazaba los hermano; hermano ahí fue donde conocí, hay fue donde me di cuenta que “Dios es real”, que Dios es real. Para mucho evangélico Dios no es real, porque nunca ha tenido experiencias gloriosas que son necesarias en nuestras vidas, para que cuando venga el maligno o el diablo a molestarle su vida, esa palabra, esa vida, esa experiencia que tenga con Dios no le permita cederle al diablo por nada del mundo.
Pasaron muchas cosas y a los días que yo venia del trabajo a almorzar, cuando me encuentro a mi esposa en el pasillo de ahí donde vivía, estaba organizando el pasillo y me dijo, mi amor ya voy para allá a servirle el almuercito y cuando llegó, la esperé, entonces me dijo, mi amor quiero hacerle una pregunta, le dije: cuéntame mi amor, me preguntó.
¿Usted por qué cuando recibió el bautismo, usted besaba las paredes, por qué usted besaba a los hermanos, por qué usted se besaba a si mismo? Porque cuando yo recibí el bautismo, yo me abrazaba en mi corazón, porque yo lo sentía en mi corazón tan claro como nunca lo había sentido, ¿Usted por qué lo hizo? Le dije: No tengo palabras, es difícil explicar esto, porque Dios se hace tan real, Dios se hace tan claro en uno, que eso es especial, y me dijo, mi amor: yo también hoy sentí lo mismo, y el Señor me bautizó con su Santo Espíritu, y me cuenta ella que estaba solita ahí con el Padre, con el hijo y el Espíritu Santo y me cuenta esa experiencia tan espectacular que me llenó de gozo que me llenó de alegría ¡Vive Jehová! ¡Vive Jehová! Que lindo es el Señor, Y tiene que tener en cuenta algo usted, el bautismo en el Espíritu Santo no puede pedírselo al Espíritu Santo; El bautismo hay que pedírselo a Jesús de Nazareth, mire el texto que narré ahorita en san Mateo 3:11 dice “Yo a la verdad os bautizo en agua decía Juan Bautista para arrepentimiento, pero el que viene atrás de mi (era Jesús); que es más poderoso que yo; él os bautizará en el Espíritu Santo y fuego” así que el bautismo pídaselo a Jesucristo el Señor que lo bautice con su Santo Espíritu.
Si a usted no le da la gana de buscar ese bautismo, pobrecito de usted, usted no sabe lo que se está perdiendo y lo que se van a perder, Dios mismo ministrándole a uno, su presencia en una forma espectacular, y esas lenguas se necesitan; San Marcos 16:17 dice: Estas señales seguirán a los que creen, a los creen, en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, así que haga sino pedírselas al Señor, eso es tan hermoso, esa experiencia que el diablo se opone tanto, que usted tiene que aprender a parársele en la cabeza al diablo en el nombre de Jesucristo. Ahí el Señor bautizó a mi esposa, con su Santo Espíritu, fue una experiencia gloriosa.