PRESENTACIÓN
Charles Spurgeon ha sido considerado por los colegas de su época y del día de hoy como el “Príncipe de los predicadores”. El Tabernáculo Metropolitano de Londres, que él construyó, albergó la congregación cristiana independiente más grande del mundo, durante el siglo diecinueve. Algunos atribuyen parte de su éxito a la combinación de una hermosa voz, talento y estilo dramáticos cautivantes, profundo compromiso con una teología bíblica y su capacidad de hablarle a la gente de su época de tal manera que tocaba sus necesidades más profundas. Pero el secreto principal que dio a Spurgeon ese poder, fue su devoción a la oración.
Cuando la gente entraba al Tabernáculo Metropolitano, Spurgeon los llevaba al sótano, que era el lugar de oración, en donde siempre había creyentes de rodillas intercediendo por la iglesia. Entonces afirmaba: “Este es el cuarto de poder de esta iglesia”. Esta declaración fue apoyada por la asombrosa cantidad de sermones que predicó sobre el tema de la oración.
Spurgeon fue un gran creyente y maestro de la oración ferviente dirigida por el Espíritu Santo. En sus enseñanzas nos pinta con maestría cuadros bíblicos maravillosamente instructivos sobre el tema de la oración.
Pues bien, hace más de un siglo que su voz resonó en el Tabernáculo Metropolitano de Londres. Pero el tiempo no ha disminuido el poderoso efecto de las palabras de Spurgeon. Yo lo invito a leer estas treinta meditaciones y a disfrutar en ellas la enseñanza de un pastor agudo y confiable. Una cuidadosa labor de edición ha hecho más claro el enfoque de estas lecturas que a la vez retienen su sabor auténtico y siempre actual.