Capítulo V - Llamamiento al Ministerio

CAPITULO V


Llamamiento al Ministerio

 

Pasaron muchas cosas y de pronto conocí el ministerio de una varoncita, de una mujer de Puerto Rico que estaba hospedada en Estados Unidos en ese tiempo, me trajeron unos tratados donde hablaba del Espíritu Santo y del ministerio de ella; me dieron el teléfono yo quise llamarla, pero no estaba, yo le deje el mensaje: le dije hermana Awilda, mi nombre es José Ignacio Jaramillo, soy de Pereira Colombia, habemos mas o menos ocho hermanitos, un grupito, que pertenecemos a una Iglesia, donde queremos, deseamos del Espíritu Santo y que deseamos todo lo de Dios, anhelamos lo de Dios verdadero, me he dado cuenta de su ministerio, y de pronto se corto la llamada, entonces le volví a llamar y le informé, hermana por favor llámeme , devuélvame la llamada que yo pago aquí en Colombia, por favor. Resulta que había aquí en Colombia una promotora; escuche bien, que el diablo levanta aún la misma gente y uno mismo, para estorbar y estropear; pero por eso hay que ser valientes en el nombre de Cristo, y hay que ser muy sensibles al Espíritu de Dios; entonces yo hablé con la promotora de ella, aquí en Colombia era una hermana que vivía en Bogotá, pero estaba aquí en Pereira, y que nosotros también nos le pegamos ahí porque queríamos de Dios, entonces le dije, hermanita, le deje la llamada a la hermana Awilda Ojeda, y le deje razón que me llamara, que me devolviera la llamada; Me dijo la hermana; Hermanito no se haga tantas ilusiones, no lo quiero desanimar pero ella es una mujer internacional, es muy ocupada y no creo que te llame, Cuando ella me dijo eso, yo sentí un dolor en todo mi estomago, al mismo tiempo sentí una paz hermosa, y yo le dije que yo sentía que Dios me decía, sí te llama y le dije, listo hermanita no se preocupe, que se haga lo que Dios quiera.

Estaba yo en el almacén, cuando una llamada y contestó el ayudante, entonces oí cuando me dijeron que pase al teléfono el hermano Jaramillo y se colgó esa llamada, y le dije esté pendiente ahí, cuando de nuevo la llamada, entonces, yo fui y contesté, me senté en el escritorio, y me hablo y me dijo, ¿hablo con el hermano Jaramillo?; sí, sí amén, habla con la evangelista Awilda Ojeda, yo dije ¡uuy! No puedo creer esto, que bendición tan hermosa, me dijo sabe una cosa varón, me hizo énfasis en esto, no soy nadie hermano, pero cuando usted tiene sed de Dios, el lo atiende para gloria de su nombre; y hermano me dijo, siervo: cuando yo te escuché tu mensaje, no te iba a llamar pero el Espíritu Santo me gritó, llámalo, y por eso te estoy llamando. Eso si que quebrantó mi vida en ese momento; Yo dije; Dios mío yo no soy digno de nada, solo soy alguien por tu misericordia, al momento que comenzamos a hablar, no me importaba que la clientela ahí me viera llorando, dije que me importa a mi eso, hombre; si primeramente lo de Dios, y lo que haría, alabado sea Dios, y ahí estaba llamando y compartiendo con ella, ya cuando terminamos, le dije hermanita, yo quiero que ore por mi, yo quiero que ore por mí, me dijo listo, siervo, listo varón si Dios tiene palabra, (ella es profeta), si Dios tiene palabra, amén, o si no yo seguiré orando por ti, yo te llamaré; y que Dios me diga lo que tenga que decir, yo dije ¡Amén!

Y comenzó a orar y clamó al Señor, dijo: aquí está delante de ti tu siervo, y después comenzó a hablar en lenguas y comenzó y me dijo a ti te dice el Señor: Varón, siervo útil me eres, vaso útil me eres; ¡uuy! Que palabra; pero me dijo, resulta que yo me había metido en un ayuno de tres días; por primera vez me había encerrado por completo. Terminé el ayuno, un sábado, cerré el almacén a las 2 p. m. y cerré todo y me quedé encerrado en ayuno, sólo, en oración que meditación, clamándole y cuando estaba orando una vez me decía, tu blasfemaste contra el Espíritu Santo, ya no tienes perdón “uuy eso me asombró, yo dije Señor Jesús; Tu sabes que si lo hice fue en mi ignorancia; ay Dios ayúdame, no permitas eso y me decía a la vez, el mismo diablo; tu no tienes ya perdón, Dios no te escucha, porque blasfemaste contra el Espíritu Santo, yo le decía Señor Jesús tu sabes que si lo hice fue en mi ignorancia, si de pronto lo hice; Señor no lo se, tu sabes que te quiero ahora, te anhelo; en ese ayuno clamándole y la primera palabra que me da ese papacito lindo a través de esa sierva es vaso mío, estoy escuchando tus oraciones, ella que me dice eso, yo que suelto a llorar, Dios que me quebranta de esa forma y dije, papacito, entonces era el mismo diablo haciéndome sentir eso para que no te buscara ;hermano que lindo cuando me dice estoy escuchando tus oraciones y me dice vaso útil me eres, mas tarde se te dirá lo que debes de hacer y me dejo ahí, me di cuenta que ella venia a una campaña, para noviembre venia a Bogotá, hermano , Dios es bueno, me las arregle para ir a esa campaña, nos fuimos catorce (14) hermanos de esa congregación lo que pasa es que como allá no dejaban mover al Espíritu Santo todo el mundo andaba restringido ahí pero yo me expuse a eso, no estoy hablando de que usted se revele contra el pastor, porque si usted lo hace en una iglesia de santidad se lo lleva el diablo, lo tumba el diablo y lo vuelve nada, como pasó en el antiguo testamento a los que se revelaron contra Moisés se los tragó la tierra vivos. Yo sencillamente iba con un grupo de hermanos con un corazón dispuesto y deseoso para que Dios me ungiera para ayudar a la iglesia donde yo estaba, para que Dios se manifestara ahí, y nos fuimos 14 para allá, Dios también se las arreglo y nos aparejo y nos preparó una casa; donde un hermanito mío, una casa grande y habían solamente tres (3) personitas; Ahí estuvimos bueno, ahí empieza la campaña, eso fue espectacular allí, de pronto la hermanita comenzó a ministrar y todos pasamos.

Entonces comenzó a ministrar y la gente se iba al piso, yo me apuntalaba y decía que me tumbes tú Señor, que seas tú el que me tumbes, entonces ella comenzó a orar y me dijo “Así te dice el Señor, varón, grande ministerio te tengo, no te atrases ni te adelantes, espera mi tiempo, con eso era suficiente, vaso mío, siervo mío, grande ministerio te tengo, no te atrases ni te adelantes pero olvidaba decir que en el bautismo del Espíritu Santo a través del siervo Gustavo Cure, Dios me habló proféticamente, la primer palabra que Dios me dio fue, porque levantaré varón en ésta ciudad, no recuerdo más. Mi esposa me dice que fue exactamente porque Dios me hablo en Jeremías 51:20-23 donde me dice martillo me sois, martillo me sois y arma de guerra y quebrantaré tal y muchas cosas. Bueno lo que Dios quiera amén. Yo lo recibí, con todo mi corazón, amén, y el Señor sabe, no sabía atender la voz de Dios, cuando le habla proféticamente a uno.

Pero Dios en su misericordia comprendió mi ignorancia, pero si me acuerdo de esa palabra, porque levantaré varón en ésta ciudad; esa campaña fue espectacular, después vino otra campaña al año como en noviembre de 1.988 vino ella, tenia que volver a otra campaña, pero la invitaron para Manizales.

En Manizales hubo una campaña espectacular, se reunieron todas las iglesias de Manizales, yo me volé de aquí con 19 personas, viernes, sábado, y domingo y Dios se las arregló y nos proveyó una casa totalmente sola y amoblada y una hermanita dijo que una señora se había ido a Pereira y le dijo a uno de los hermanitos que era conocido, vallase para allá, no se preocupe, allá tiene todo y nos fuimos para allá, eso fue espectacular, el último día en el último culto, pasaron muchas cosas, sencillamente estoy abreviando, el ultimo día, Fue espectacular, ella dijo hay 12 llamados urgentes aquí, a uno de ellos Dios le pegó una embriagada tremenda con el Espíritu Santo  entonces ella comenzó a llamar, a mi me hicieron pasar para atrás, cosa que no me gusta, porque iban a ministrar mujeres. Pero me tocó quedarme atrás, donde hay coquetas y coquetos y gente masticando chicle, en pleno templo de Dios, eso no me gusta,  aquí en la iglesia soy estricto en eso, en el nombre de Cristo porque la Biblia enseña: “MI SANTUARIO GUARDAREIS EN REVERENCIA”. Pero allá me tocó. Comienza la hermana a llamar y a decir a los hermanos así te dice el Señor y le dice al uno al otro, hasta que dice al No 10,  le dice y le hace el llamado, llega al once y nada, cuando de pronto dice el Numero 12 el hermano Jaramillo, salgo yo disparado para adelante, Señor lo que tu quieras, Dios se glorifica. Termina la campaña y ella dice “Yo siento de parte de Dios, orar por todos los líderes de las iglesias y yo quiero que pasen a una habitación en seguida que hay acá en seguida del púlpito, porque pienso orar por ellos”. Porque pienso orar por ellos, entonces, yo pensé entre mi y yo hablaba con Dios, yo no soy un líder, yo únicamente toco la guitarrita en la iglesia, Señor yo quiero pasar, además no quiero ser un mentiroso Señor. Yo quiero pasar. Yo toco la guitarrita para los coros allá en la iglesia, no soy un líder, ella dice que es para líderes, yo me tiré allá, que tremenda unción tenia aquella mujer ese día, que tremenda unción. A los que no bautizaba el Señor con el Espíritu Santo, Dios les hablaba.

Bueno llegó mi turno, yo estaba buscando que Dios me usara como evangelista, pero no tan desbocado, hay fue porque colocó eso en mi corazón, cuando llega y me dice: Así te dice el Señor, Varón, grande Ministerio te tengo y es Pastorado, cuando me dice, pastorado, yo dije no puedo creerlo, Padre mío, se equivocó la hermana, yo no puedo creer eso, Padre yo nunca he sentido la unción para ser pastor; es que no es lo que yo quiera, no es lo que usted quiera, es lo que Dios quiera y el conoce todo. ¡Es Dios el que da los ministerios no el hombre! Los ministerios los da Dios, no es el hombre, no es lo que yo quiera, es lo que Dios quiera y le dije Señor de todas maneras, lo tuyo lo amo, lo tuyo lo quiero, lo tuyo lo adoro, lo respeto, si este es el ministerio, lo abrazo y ella me decía: Y debes pagar el precio, tienes que pagar el precio, ¡Amén, amén! En esa campaña, fue glorificado el nombre de Dios con los hermanos que fuimos, vea eso fue espectacular mire regresamos a la iglesia, Dios se manifestó.