Día 24 - Condiciones para que la Oración sea respondida

Tesoros Devocionales - La Fe George Müller

 

Día 24

Condiciones para que la Oración sea Respondida

 

“En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se

atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “Oh Dios, ten compasión de

mí, que soy pecador!”

 

LUCAS 18:13

 



No podemos esperar que nuestras oraciones sean respondidas confiados en nuestra propia bondad, o en nuestros propios méritos pero Nuestro Señor Jesús sí es digno y merecedor de que su Padre le responda, y en su nombre sí podemos esperar ser respondidos. No hay ninguna petición excesiva, demasiado grande, demasiado costosa que el Padre pudiera negar a su Hijo. Él es digno y merecedor Él  es el Hijo perfecto, sin macha, que siempre y bajo cualquier circunstancia actuó de acuerdo con la voluntad de Dios. Y si confiamos en Él, si lo ponemos delante, si dependemos de Él  y pedimos en su nombre, podemos esperar que nuestras oraciones sean contestadas.

 

Las promesas de Dios son precisamente para… los débiles, los ignorantes y los necesitados.

 

Quizá alguien diga: “Yo he  orado por muchos años por la conversión de mis hijos, pero soy tan indigno e inmerecedor que no voy a lograr respuesta a mis oraciones.” Este es un tremendo error. Las promesas de Dios son precisamente  para tales personas: para los débiles, los ignorantes y los necesitados, y todos los que piden en el nombre de Cristo tienen la garantía de que sus oraciones les serán respondidas.

Pero si alguien dice: “Yo estoy viviendo en pecado”. Pues en tal caso, su oración no será contestada, porque leemos en la Palabra: “Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado” (Salmo 66:18). Si vivo en pecado y sigo  una forma de vida de la cual Dios no se agrada, no puedo esperar  que Él me responda.

Una tercera condición es que pongamos en acción la fe en el poder y en la disposición de Dios  para contestar las oraciones de sus hijos. Esto es supremamente importante. “Crean que ya han recibido todo lo que están pidiendo en oración, y lo obtendrán” (Marcos 11:24).

Durante los cincuenta y cuatro años que he sido creyente en Jesucristo, he comprobado que, invariablemente, si tan solo creo la promesa del Señor, con seguridad recibo lo que pido  en el tiempo de Dios. Quisiera que de manera especial grabe en su corazón que debe tener fe en el poder, la voluntad y disposición de Dios de responder  sus peticiones. Para saber que Dios es poderoso sólo tiene que considerar la resurrección del Señor Jesucristo de entre los muertos. En cuanto así tiene suficiente amor por usted, tan sólo mire a la cruz y piense que “Dios  no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros”. Con estas pruebas del poder y el amor de Dios tenemos la seguridad de que si creemos, obtendremos y recibiremos.

 

Padre santo, sé lo que el recaudador de impuestos sintió cuando golpeaba su pecho. Vengo a

Ti porque Jesús abrió un camino mediante su sacrificio expiatorio y el poder de su

resurrección. Traigo a Ti  mis peticiones sabiendo que Tú me escuchas y tienes la voluntad de

responderlas. Amén.