Día 21 - Leche Espiritual Pura

 

Día 21

Leche Espiritual Pura

 

“Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia,

deseen con ansias la leche pura de la Palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella,

crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor.”

 

1 PEDRO 2:1-3

 



La lectura y la meditación –acompañada de oración- de la Palabra de Dios es uno de los hábitos más importantes en la vida del creyente. Así como el crecimiento de la vida física se logra ingiriendo alimento apropiado, en la vida espiritual ocurre lo mismo. Si queremos crecer espiritualmente, este crecimiento solo se logra alimentándonos  regularmente con la Palabra de Dios. El apóstol Pedro no afirma, como algunos están muy dispuestos a decir que la lectura  de la Palabra es de importancia en algunas circunstancias. Ni dice que usted obtendrá beneficio leyendo mis declaraciones.  Son las declaraciones de la Bendita Palabra, y solo a ellas a las que se refiere el apóstol, y nada más.

 

A veces ocurre que a los bebés los descuidan en su alimentación y, ¿Y cuáles son las

consecuencias? Que jamás llegan a ser hombres y mujeres saludables, por ese descuido en

su tierna edad.

 

Usted quizá me diga que con frecuencia la lectura de cierto libro le hace bien, y yo no lo discuto. Sin embargo, ha sido la Palabra la señalada para este fin y nos lo dice ella misma, y en la medida en que los discípulos del Señor Jesús siguen sus instrucciones, serán fuertes, y cuando ocurre lo contrario, cuando su lectura es descuidada, se debilitan. A veces ocurre que a los bebés los descuidan en su alimentación y, ¿Cuáles son las consecuencias? Que jamás llegan a ser hombres y mujeres saludables, por ese descuido en su tierna edad.

Tal vez reciben alimento pero inapropiado –y esta es una de las formas de descuido más dañinas-, y por lo tanto no desarrollan el vigor de la madurez. Y ocurre lo mismo en la vida cristiana. Es de vital importancia que obtengamos el alimento espiritual adecuado desde el mismo comienzo de nuestra vida como cristianos. ¿Cuál es el alimento? Es la leche espiritual pura de la Palabra  de Dios. Esa es la única nutrición apropiada para fortalecer la nueva vida.

 

Espíritu Santo, gracias por darme la Palabra de Dios  para sustentar mi vida espiritual.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñarme, para redargüirme, para

corregirme y para instruirme en justicia, para que yo sea perfecto, enteramente preparado

para toda buena obra. No existe jamás un momento en el cual yo pueda pasar sin la fortaleza

recibida mediante la leche espiritual pura de tu Palabra. Ayúdame a asimilarla hoy en mi corazón. Amén.