Día 20 - Viva en la Voluntad de Dios

 

Día 20

Viva en la Voluntad de Dios

 

“Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios,

aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean

insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.”

 

EFESIOS 5:15-17

 

Cuan importante es descubrir la voluntad de Dios antes de empezar cualquier cosa, porque al hacerlo, no solamente nuestras almas serán bendecidas, sino que la obra de nuestras manos prosperará. En todas las cosas en que actuemos de acuerdo con la mente de Dios, tendremos su bendición y seremos bendición para quienes nos rodean. Cuando vivimos de acuerdo con la voluntad divina el Señor se deleita en sus hijos (Mateo 6), y por lo tanto, aunque yo sea débil y cometa muchos errores en muchos aspectos, aun así puedo disfrutar de tu bendición.

 A los creyentes que me piden consejo respecto a cómo hacer la voluntad de Dios yo les digo: 1) Vayan despacio al dar nuevos pasos en el servicio del Señor, en sus negocios o en sus familias. Considere bien cada asunto; considérelo todo a la luz de la Palabra de Dios y en el temor del Señor. 2) Procure someter totalmente su voluntad a la de Dios, a fin de poder descubrir su pensamiento en relación con los pasos que va a dar, de tal modo que pueda decir con toda sinceridad que esta dispuesto a hacer la voluntad divina si el Señor se complace en hacérsela conocer. 3) cuando haya descubierto la voluntad del Señor,  procure su ayuda. Procúrela con perseverancia, con paciencia, creyendo y esperando, y de seguro la obtendrá en el tiempo de Dios.

 

Cuando haya descubierto la voluntad del Señor, procure su ayuda.

 

No tenemos que apresurarnos a hacer las cosas actuando según nuestra voluntad y diciendo: “Haré tal cosa y confiaré en que Dios me provea los medios.” Esta no es verdadera confianza. Es la falsificación de la fe; es presunción, aunque el Señor, en su infinita compasión misericordia venga finalmente en nuestro auxilio. No obstante, lograr y realizar lo que nos hemos propuesto no prueba que hayamos obrado correctamente al actuar antes del tiempo de Dios. Más bien debemos decir en tales circunstancias: “¿En realidad estoy haciendo la obra de Dios? Y si es así, quizá no soy la persona  adecuada, y si lo soy, quizá aun no es el tiempo de Dios para seguir adelante. Es posible que Dios quiera que yo ponga en acción mi fe y mi paciencia. Por lo tanto debo esperar con paciencia que llegue su tiempo, porque cuando eso ocurra, el Señor me dará su ayuda. Actuar de acuerdo con este principio produce bendición.

 

Espíritu Santo, llena mi vida para que pueda conocer la voluntad del Padre en todo lo que yo

haga. Dame sabiduría para que las decisiones que yo tome produzcan fruto para el reino de

Dios. Ilumina con tu luz la senda que tengo que caminar durante mi vida. Amén.