Día 14 - Satisfecho Plenamente y para Siempre
Tesoros Devocionales - El Espíritu Santo R.A. Torrey
Día 14
Satisfecho Plenamente y para Siempre
Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa
agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
JUAN 4:14
Estas palabras de Jesús contienen música incomparable y sin par. Entre todas las palabras de nuestro Señor, estas son las que ejercen en mí la mayor fascinación. Son para mí una maravillosa melodía musical venida de lejos, del mundo celestial. Y a medida que comprendo su significado y experimento por mí mismo la gran verdad que contienen, encuentro en ellas algo tan precioso que me es imposible expresar.
Jesús habló estas palabras a la mujer Samaritana en un momento en que estaba supremamente cansado y sediento. Deseando atraerla a la vida espiritual, señaló el antiguo pozo de Jacob, y dijo: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed” (Juan 4:13). Beba del pozo de la fama, del honor, o del poder mundano, y mire por cuánto tiempo estará contento. Beba de la fuente de los placeres del mundo y pronto querrá beber más; y más profundo. Beba tan profundo como quiera de la fuente del conocimiento humano, la ciencia, la filosofía, la literatura, la música, o el arte, y volverá a tener sed de nuevo. Y sí. Beba de esa casi divina fuente, entre todas las fuentes terrenales, la fuente del amor humano, y pronto volverá a estar sediento otra vez. Ninguna de estas cosas satisface plenamente ni por mucho tiempo.
Y qué cierta es esta afirmación hablando de cada fuente terrena de satisfacción o alegría. No
importa cuánto beba uno, pronto vuelve a tener sed.
Entonces nuestro Señor agregó estas maravillosas palabras, la afirmación de que si usted bebe del agua que Él da, el Espíritu Santo (Juan 7:37-39), obtendrá satisfacción plena y eterna. Yo deseo que usted se siente y reflexione en estas palabras en silencio hasta que todo su significado y toda su fuerza tomen posesión de su mente y de su corazón. Cualquier persona que recibe realmente al Espíritu Santo para morar en ella, será plena y eternamente satisfecha, y esa es la única manera posible de obtener satisfacción total y eterna.
Señor Jesús, solo tú pudiste hacer esta asombrosa promesa y solo tú puedes hacerla creíble a
nuestro corazón. Algo sé yo de cuán insatisfactorio es beber de las fuentes de este mundo. Pero solo
tú puedes hacer real la promesa de que el Espíritu de Dios me dará satisfacción plena y eterna.
Vengo a ti por esta agua viva. Amén.