Día 15 - Gozo en el Espíritu Santo

 Tesoros Devocionales - El Espíritu Santo R.A. Torrey 

 

 

 

Día 15

Gozo en el Espíritu Santo

 

 

Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz y alegría, en el

Espíritu Santo.

 

ROMANOS 14:17

 

 

Es algo maravilloso que usted tenga su propia fuente de gozo y alegría dentro de su propio corazón, no en lo que le rodea o en sus circunstancias y posesiones. El gozo y la alegría que tienen su base en lo que poseemos, en las cosas o el ambiente que nos rodea, no pueden hacernos felices siempre. Cuando nuestras posesiones están intactas y el ambiente que nos rodea es bueno, somos felices, pero cuando todo esto cambia somos infelices. Somos felices en la riqueza, e infelices en la pobreza. Felices cuando tenemos salud, e infelices cuando enfermamos. Felices solo cuando los demás hablan bien de nosotros, y cuando nuestros amigos nos rodean, pero nos hundimos en profunda desesperación cuando algo cambia.

 

Pero si nuestra fuente de gozo está en nuestro propio corazón, y es una fuente que brota en nuestro interior entonces somos enteramente independientes de lo que nos rodea y de nuestras circunstancias. Somos felices si tenemos posesiones o si carecemos de ellas. Somos igualmente felices si somos ricos y pobres, cuando las cosas marchan bien o cuando están “realmente mal”; con salud o con enfermedad. Cuando nos rodean los amigos o cuando la muerte se los lleva.

 

Si nuestra fuente de Gozo está en nuestro propio corazón… entonces somos enteramente

independientes de lo que nos rodea y de nuestras circunstancias.

 

Ciertamente en los momentos de la más profunda aflicción el gozo de la presencia del Espíritu de Dios fluye como manantial en nosotros.

 

En las horas oscuras, en los malos momentos que tarde o temprano le llegan a toda persona, cuando por última vez miramos el rostro de un ser amado que yace frio y rígido en brazos de la muerte, ¿Qué consuelo puede haber en algo que este mundo nos pueda dar? Pero esta fuente en nuestro interior, que el Espíritu Santo ha llegado a ser, brota a borbotones en tales momentos”… un gozo indescriptible” (1 Pedro 1:8).

Gozo en el Espíritu Santo, brotando y fluyendo siempre, trescientos sesenta y cinco días al año, y uno más; una fuente que brota y fluye para vida eterna bajo cualquier circunstancia, y que usted puede llevar consigo a dondequiera que vaya.

 

Si usted posee este manantial puro y cristalino del Espíritu Santo en su corazón, se le hará imposible tratar de satisfacer su sed en las verdosas e insuficientes aguas de los pozos de los placeres mundanos. Usted puede conocer y disfrutar este gozo maravilloso. El Señor Jesús está parado frente a usted, invisible a sus ojos pero de todos modos presente, y tiene en sus manos la dorada copa que contiene el agua de vida, y le dice: ¡Bebe cuanto quieras! ¿Beberá usted?

 

Nuestro Padre que está en los cielos, deseo tener esta fuente de gozo del Espíritu Santo

brotando y fluyendo en mi alma. Confieso que dependo demasiado del mundo para mi

felicidad. Vengo a Ti para beber y ser llenado. Amén.