Día 28 - El Principe de Paz
Tesoros Devocionales - Secretos Espirituales Hudson Taylor
Día 28
El Príncipe de Paz
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedió un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros,
y se le darán estos nombres: consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.
ISAÍAS 9:6
Uno de los títulos que se le dan a nuestro Señor Jesús en las profecías de Isaías es “Consejero Admirable”, y verdaderamente Él es maravilloso en sus consejos y excelente en sus obras. De maneras muy diferentes de las que nosotros podríamos planear o ejecutar, Él entrena a sus hijos para su servicio y de esta manera los prepara para que puedan recibir “la herencia de los santos en luz” (Colosenses 1:12). Entonces, cuando ya están preparados para ella, cuando ya han recibido el último pulimento y se ha logrado en un último toque de refinamiento, Él se lleva a quienes prefiere utilizar para adornar el paraíso allá arriba.
Nosotros no sabemos el propósito para el cual nos está preparando, y en consecuencias no entendemos, ni podemos hacerlo, muchas de sus acciones en su relación y trato con nosotros. Pero podemos hacer lo que es mucho mejor: podemos confiar en Él. La fe triunfante –no solamente una sumisión resignada a la voluntad de Dios sino un alborozado deleite en ella, aun cuando la carne y la sangre crujan y se duelan- puede cantar ahora anticipando la canción que juntos cantaremos en su presencia diciendo: “Nuestro Jesús ha hecho bien todas las cosas.”
En el pasaje del libro de Isaías, que ya citamos, la profecía nos dice que el gobierno estará sobre los hombros del Consejero Admirable, cuyo nombre también es el de Príncipe de paz. Y continúa diciendo: “Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin” (Isaías 9:7). Primero se presenta ante nosotros, con sus nombres reveladores de su naturaleza, luego vienen su gobierno y su paz que no tendrán fin. Cuan a menudo carecemos de su paz por nuestra falla en aceptarlo de todo corazón y nuestra falta de aceptación y cooperación con su gobierno.
La mano que empuña el cetro es una mano que fue perforada, y los hombros sobre los que
reposan la autoridad y la soberanía, llevaron primero, por nosotros, la pesada cruz.
Y sin embargo, el suyo no es gobierno duro o severo ni arbitrario. La mano que empuña el cetro es una mano que fue perforada, y los hombros sobre los que reposan la autoridad y la soberanía, llevaron primero, por nosotros, la pesada cruz. ¿No es seguro confiar en el gobierno de Jesús cuyo amor nos redimió a tan alto costo, y nos hizo suyos al pecio de su propia sangre?
Señor, Tú eres tanto admirable en tus consejos, como excelente en tus obras. Yo celebro tu
reino y tu dominio como el Príncipe de paz. Que yo aprenda a confiar más en ti y a cooperar
contigo aun cuando no comprenda tu forma de obrar. Amén.