Día 20 - Las Garantías de Dios

 Tesoros Devocionales - Secretos Espirituales Hudson Taylor

 

Día 20

Las Garantías de Dios

 

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán

añadidas.”

 

MATEO 6:33


 

Es política de nuestra Misión del Interior de la China invitar la cooperación de nuestro compañeros creyentes, sin distingo de denominación. Creyentes que creen plenamente en la inspiración de la palabra de Dios y que están dispuestos su fe yendo al interior de China con las únicas garantías que encuentran en las páginas de las Biblias que llevan consigo. Dios ha dicho: “más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas (alimento y vestido) les serán añadidas.” Si alguien no cree que estas son palabras de Dios, es mejor que no vaya a propagar una fe que no tiene. Si las cree, de seguro la promesa de Dios se hará realidad y sus necesidades serán suplidas.

 

Digámoslo otra vez: “No quitará el bien a los que andan en integridad” (Salmo 84:11 RVR). Si alguno no esta caminando con rectitud y en integridad, mejor que se quede en casa; si lo está, tiene todo lo que necesita como si dispusiera de un fondo de garantías. El Señor es el dueño de todo el oro y la plata del mundo, y de los ganados y todo lo que existe en la tierra.

 

No necesitan una fe grande, sino fe en un Dios grande.

 

El dinero en el lugar incorrecto, en manos de quien no debe estar, y el dinero que se da con motivación incorrecta, en ambos casos debe ser temido. Podemos, sin problemas, pasar con tan poco dinero como el señor nos haya concedido, pero no podemos tener dinero no consagrado, o en lugar o las manos equivocadas. Es mucho mejor no tenerlo, después de todo, y aún carecer del que necesitamos para comprar alimentos, porque todavía hay cuervos en China que el Señor podría enviar otra ves con paz y con pescado. El Señor es siempre fiel. Él prueba la fe –o más bien la fidelidad- de sus hijos. Algunos creyentes oran y piden: “Señor, aumenta nuestra fe.” Pero, ¿no reprochó el Señor a sus discípulos tal tipo de oración? Él les dijo: “No necesitan una fe grande, sino fe en un Dios grande. Aunque su fe sea tan pequeña como un grano de mostaza, será suficiente para remover esta montaña”. Necesitamos una fe que dependa y descanse en un Dios grande, y que crea y espere que ese Dios cumpla su palabra y haga exactamente lo que ha prometido hacer.

 

Señor Jesús, para Ti no es un secreto la manera en que yo manejo mis finanzas en relación

con la obra de tu reino. Que yo siempre confíe en tu fidelidad más que en mis posesiones

personales. Muéstrame qué es lo que Tú quieres que yo busque en Tu reino. Amén.