05. Cómo Promover un Avivamiento

 

COMO PROMOVER UN AVIVAMIENTO

 

Mira hacia atrás, a tu pasado. Toma uno a uno tus pecados y examínalos. No es que hayas de tirar una simple mirada al pasado y al encontrarlo lleno de pecado, hacer una confesión general y pedir que te sean perdonados. NO. Debes examinarlos uno a uno. Sería bueno que tomaras papel y lápiz y los fueras anotando según los vayas recordando. Repásalos con el mismo cuidado con que un comerciante repasa sus libros. Las confesiones de pecado no bastan. Uno por uno los fuiste cometiendo, y uno por udebes irlos analizando y arrepintiéndote.

Una vez que hayas repa

no sado todo tu pasado en esta forma, exhaustivamente, léete la lista poniendo en este empeño la más solemne atención. Verás que lo que has escrito te sugerirá algunas otras cosas relacionadas con ellas o acerca de ellas de las cuales eres culpable. Entonces, vuelve « repasar la lista y recordarás otras cosas. Al final te darás cuenta de que en esta vida puedes recordar un montón de cosas del pasado, y particularmente acciones tuyas, que creías que ni en la eternidad recordarías.  

A menos que examines tus pecados en esta forma y los consideres detalladamente uno por uno, no podrás formarte una idea exacta de la cantidad de pecados que has cometido. Debes preparar esta lista minuciosa, cuidadosa y solemnemente, como si estuvieras preparándote para el Juicio.

 

CONSIDERA LOS SIGUIENTES PECADOS:

 

INGRATITUD:

Enumera los actos de bondad de Dios para contigo cuando aún andabas en pecado, por los cuales nunca te has mostrado suficientemente agradecido. Enumera también las veces en que Él ha tenido misericordia de ti desde entonces.

 

 

INTERES EN LA SALVACION

DE LOS PAGANOS

Tal vez no te has interesado en ellos lo suficiente como para tratar de enterarte del estado en que viven, y quizá ni siquiera para tomar en tus manos una revista misionera.

Analízalo, ¿Te interesan de veras las almas  perdidas? Define exactamente   tus   sentimientos hacia ellos y el interés que tienes en que se salven.

Tus deseos de que se salven se saben por las veces en que abnegadamente das de ti mismo para que se les lleve el evangelio. ¿Te privas por ellos aun de esas dañinas superfluidades de la vida como el té, el café y el tabaco? ¿Estás dispuesto a reducir a un mínimo tus gastos por salvarlos? ¿Oras por ello en privado? ¿Sueles ir acumulando asuntos para presentarlos al Señor cuando os reunís a orar? Si no estás haciendo esto, si tu alma no agoniza por los pobres paganos que viven en tinieblas, ¿por qué eres tan hipócrita de decir que eres cristiano?

 

¡Tu actitud es un insulto al Señor Jesucristo!

 

 

 

Añade estas cosas a tu lista!

 

 

 

"Haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar

a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia". (Oseas 10:12)

 

 

"Haced para vosotros barbecho" quiere decir quebrantad vuestros corazones, preparad vuestras mentes para poder llevar frutos al Señor.

Resuelve uno por uno estos asuntos. Hazlo ahora. No lo pospon­gas, pues con ello estarás empeoran­do la situación. Confiésale a Dios  los pecados contra ÉL, y a los hombres, los pecados que has come­tido contra los hombres. 

No creas que podrás salir del paso eludiendo las piedras de tropiezo. ¡Quítalas del camino! Para "hacer para ti barbecho" tienes que quitar todos los obstáculos. Quizás queden cosas que consideras sin importancia; pero muchas veces uno se pregunta por qué no siente lo que desea sentir en la vida cristiana, y es que la mente orgullosa y carnal mantienen oculto algo que Dios quiere que se confiese y elimine. Rompe  bien el terreno y remuévelo. No seas "terco", como le dice el campesino a la bestia. No te amedrenten las pequeñas dificultades; hunde en ellas el arado, profundamente, y remueve la tierra que se ablande y suavice y pueda recibir la semilla y "dar frutos al ciento por uno".