Día 30 - Paciencia
Tesoros Devocionales - La Fe George Müller
Día 30
Paciencia
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor, y me hizo sacar del lodo de la
desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi
boca cántico nuevo, alabanza a Nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiaran en Jehová.
SALMO 40:1-3
En relación con nuestra vida de oración surge la pregunta: “Es necesario que le mencionemos una petición al Señor dos veces, tres, cinco o aun veinte veces? ¿No es suficiente hacerlo una sola vez?” Bien, podríamos decir que no es necesario mencionarla ni siquiera una vez porque Él sabe de antemano cuáles son nuestras necesidades. Sin embargo, el Señor quiere que le demostremos nuestra confianza; que asumamos la posición de las criaturas dirigiéndose a su Creador.
Mas aun, es necesario que no perdamos de vista el hecho de que puede haber razones especificas por las cuales nuestra oración no es respondida de inmediato. Una de ellas podría ser la necesidad de ejercitar nuestra fe, porque es ejercitándola como se fortalece. Todos sabemos que si no utilizamos nuestra fe –lo cual hacemos al esperar una respuesta-, permanece como al comienzo. Pero es fortalecida con las pruebas. Otra razón puede ser que le demos gloria a Dios al desarrollar nuestra paciencia. Esta es una gracia o cualidad que honra al Señor en gran medida. Y puede haber otra razón: que nuestro corazón no esté todavía preparado para recibir la respuesta a nuestra petición.
Cuando el corazón está preparado para recibir la bendición, Dios no se tarda en concederla.
Muchos hijos queridos de Dios vacilan porque su oración no recibe respuesta inmediata. Y por cuanto pasan las semanas, los meses, y aun los años sin recibir respuesta, cesan de Perdirle a Dios y por lo tanto pierden la bendición, que debe haber preservado, de seguro hubieran recibido. Cuando el corazón está preparado para recibir la bendición, Dios no se tarda en concederla. Todos los hijos de Dios que andan en sus caminos han tenido la experiencia de que algunas de sus oraciones son respondidas con rapidez, mientras que para otras la respuesta demora largo tiempo. A menudo he recibido contestación a alguna de mis oraciones antes de salir de la cama. Pero en otras ocasiones he tenido que esperar durante semanas, meses, años… a veces durante muchos años. Pero sigo esperando en el Señor, oro y permanezco expectante para recibir la respuesta.
Siga esperando en Dios, continúe orando pero asegúrese de pedir sólo lo que está de acuerdo con el pensamiento del Señor. Siga orando, manténgase expectante, espere la contestación y al final tendrá la oportunidad de alabar a Dios por ella.
Oh, Señor, mi Dios, son muchas las maravillas que Tú has hecho. Te espero con paciencia.
En tu propio tiempo y a tu manera contestarás aún mis peticiones más difíciles. Ayúdame
para no vacilar en incredulidad. Amén.