Día 27 - Constreñidos por el Amor de Cristo
Tesoros Devocionales - La Fe George Müller
Día 27
Constreñidos por el Amor de Cristo
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación,
porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes,
de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde
en ustedes.”
2 CORINTIOS 9:7-8
Con frecuencia me preguntan cómo debe vivir un creyente a fin de utilizar mejor sus finanzas para el Señor. Procure recordar primero que el Señor Jesús lo ha redimido, y que usted no es dueño de sí mismo porque “ha sido comprado por un precio” (1 Corintios 6:20), por el precio de “la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto” (1 Pedro 1:19) todo lo que somos y tenemos le pertenece al Señor, y en relación con nuestras posesiones asumimos la posición de administradores fieles a quienes un rico propietario les confía sus bienes o su dinero.
Asumimos la posición de administradores fieles a quienes un rico propietario les confía sus
bienes y su dinero.
El uso corriente que damos a nuestros recursos a medida que Dios nos prospera es el asunto siguiente del cual debemos ocuparnos. En la medida en que ello sea posible y práctico, debemos hacerlo semanalmente, de acuerdo con la Palabra. El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos (1 Corintios 16:2). Yo digo sinceramente que los cristianos deberían considerar este punto en el temor de Dios. Es el principio establecido con mayor claridad en La Palabra de Dios. Pero si debido a las circunstancias, esta práctica de dar proporcional y semanalmente se hace imposible, entonces tan pronto podamos establecer la situación de nuestro negocio, o la cantidad de ingresos que nuestra profesión u oficio nos ha permitido obtener, debemos calcular y decidir lo que podemos dar para la obra de Dios o para ayudar a los necesitados.
Se debe notar también que la exhortación del Espíritu Santo a través del apóstol Pablo no es que uno u otro de los creyentes debe hacerlo así, sino cada uno de ustedes, los ricos, los de clase media y aun los más pobres.
En cuanto a la cantidad que se debe dar, no se puede establecer ninguna regla, porque lo que hacemos no lo debemos hacer con un espíritu legalista, sino por amor y gratitud con nuestro Bendito Señor que murió por nosotros. A quienes Dios ha hecho sus hijos, sus herederos y coherederos con Cristo, no les ha dado ningún mandamiento relacionado con este punto.
Señor Jesús, libera mi corazón de un espíritu de legalismo. Que todo lo que yo dé, mi
servicio y mis finanzas, reflejen el gozo de ser tu hijo. Todo lo que soy y lo que tengo es
tuyo. Amén.