Día 3 - La Fe Creciente

Tesoros Devocionales - La Fe George Müller

 

Día 3

La Fe Creciente

 

“Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: auméntanos la fe.”

 

LUCAS 17:5


Para que nuestra fe sea fortalecida debemos recordar que “toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creo las lumbreras celestes, y que no cambian como los astros, ni se mueve como  las sombras” (Santiago 1:17). Como el incremento  de la fe es una buena dádiva debe venir de Dios y por lo tanto a Él se debe pedir esta bendición.

Sin embargo, debemos utilizar los  siguientes medios para lograr ese incremento de nuestra fe: la lectura cuidadosa y diligente de la Palabra de Dios, combinada con la meditación. Mediante la lectura, pero especialmente mediante la meditación de la Palabra de Dios, el creyente se familiariza progresivamente con la naturaleza y el carácter de Dios y ve que además de ser justo, Él es Santo, amable, cariñoso, benévolo, misericordioso,  poderoso, sabio y fiel. Por lo tanto, en los momentos de pobreza, de aflicción del cuerpo, de privación y aflicción familiar, de dificultades en el servicio cristiano, o de necesidad de vivienda o  empleo, podrá  depender de la capacidad de Dios para ayudarle, por cuanto ha aprendido no sólo de su Palabra, que es Todopoderoso e infinitamente sabio, sino que ha visto también a través de ella las muchas ocasiones en que realmente ejerció ese poder y sabiduría para liberar y ayudar a sus hijos.

 

Mediante la lectura, pero especialmente mediante la meditación de la Palabra de Dios, el

creyente se familiariza progresivamente con la naturaleza y el carácter de Dios.

 

El creyente puede depender y descansar en la disposición  de Dios para ayudarlo, porque las Escrituras así lo dicen y además porque ellas muestran los casos reales en los que Dios, demostrando cada una de las características  y atributos mencionados, socorrió y ayudó a quienes acudieron  a Él. Por lo tanto, leer y meditar en las Escrituras son medios especiales para incrementar nuestra fe.

 

Padre bueno, no hay déficit de pruebas  bíblicas de tu maravilloso carácter y de que

podemos confiar en Ti. Fortalece mi ser interior  mediante el poder de Tu Espíritu, para que

habite Cristo en mi corazón por la fe. Afírmame en tu amor y dame, Jesús de Nazaret, la

capacidad de comprender la altura, la profundidad y la anchura de tu amor. Amén.