Día 10 - Nueva Vida

 Tesoros Devocionales - El Espíritu Santo R.A. Torrey 

 

 

 

Día 10

Nueva vida

 

De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios –dijo Jesús. ¿Cómo

puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? –preguntó Nicodemo. ¿Acaso puede entrar por segunda

vez en el vientre de su madre y volver a nacer? Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del

Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios –respondió Jesús.

 

JUAN 3:3-5

 

 

 

Aquí se nos dice que el hombre y la mujer nacen del Espíritu, o son renacidos mediante el poder del Espíritu Santo. Exactamente la misma verdad se declara en Tito 3:5: “Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo.” Es obra del Santo Espíritu renovar a los seres humanos, hacerlos nuevos, regenerarlos.

 

¿Qué es la regeneración? “Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecado. ¡por gracia ustedes han sido salvos! (Efesios 2:4-5). La regeneración es la vida de Dios impartida a los hombres que están moral y espiritualmente muertos por causa de sus delitos y pecados. Cada hombre, cada mujer y cada niño han nacido muertos espiritualmente en este mundo. Por naturaleza, moral y espiritual, tan solo somos cadáveres. Y el Espíritu Santo nos imparte su propia vida.

 

Desde luego la Palabra de Dios es el instrumento que el Espíritu Santo usa para impartirnos vida. “Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, mediante la Palabra de Dios que vive y permanece” (1 Pedro 1:23). La sola Palabra de Dios escrita no produce el nuevo nacimiento, no importa cuán fielmente se predique o enseñe, a menos que el Espíritu de Dios la haga viva en los corazones de las personas a quienes es dada.

 

Cada hombre, cada mujer y cada niño han nacido muertos espiritualmente en este mundo.

 

Esto queda muy claro en 2 Corintios 3:6: “porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.” ¿Qué quiso decir con esto el Apóstol Pablo? Estaba haciendo un contraste entre la palabra de Dios escrita en pergaminos con pluma y tinta, y la misma Palabra escrita por el Espíritu de Dios en los corazones de hombres y mujeres. La Palabra escrita o impresa en un libro, trae condenación y muerte; pero esa Palabra escrita por el Espíritu en nuestros corazones trae vida. Solamente el Espíritu Santo puede llegar al corazón humano escribir en él la Palabra de Dios, y hacerla viva en su interior.

 

Padre celestial, conozco la imposibilidad de salvarme a mí mismo. Solamente por el milagro

de tu vida que transforma mi alma puedo ser salvo. Que tu Espíritu y tu Palabra llenen lo

más profundo de mi ser y continúen moldeándome a la imagen de tu Hijo. Amén.