40. Enséñanos a Orar

 

 

 

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¿Le gustaría hablar con el presidente de su nación, o con otra persona famosa? ¿O le gustaría recibir a uno de ellos en su casa? La mayoría de nosotros nunca tendremos tal oportunidad. Pero usted puede hablar con alguien más importante que cualquiera de estas personas. Además de esto usted puede tenerle en su casa.

Tal vez ya ha adivinado que hablamos de Dios, nuestro Padre Celestial. Sí, es cierto que Él quiere que todos le hablemos. Sin duda usted conoce la palabra "oración". Puede ser que ya ha tratado de hacer oración. ¿Cómo le fue? Quizá se quedó con dudas. Si así le pasó no sería extraño porque aun los apóstoles pidieron que Jesús les enseñara a orar.

Al orar por primera vez, muchos dicen que les parece que no están hablando a nadie. Esto es lo que Satanás quiere hacernos creer, con el propósito de desanimarnos de orar otra vez. La verdad es que la Biblia nos asegura que Dios oye la oración sincera, dondequiera que uno esté o cualquiera que sea la hora. En la Biblia leemos: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Juan 5:14).

Posiblemente usted se ha preguntado, ¿A quién debo orar? Si usted fuera padre de familia, y su hijo necesitaba algo, ¿De quién desearía que su hijo pidiera tal favor? Le gustaría que lo pidiera a usted, ¿verdad? Bueno, Dios así lo quiere, también. Él quiere darnos cosas buenas, y sobre todo, el perdón de los pecados y la esperanza de vida eterna. Debemos hacer nuestras peticiones a Él. Una vez Jesús dijo: "... Ora a tu Padre..." (Mateo 6:9). El Padre Nuestro empieza así: "Padre nuestro que estás en los cielos..." La Biblia nos da a entender que debemos hablar directamente con nuestro Padre Celestial.

Unos dicen, "Pero no sé cuáles palabras usar, ni como expresarme a Dios". Tal vez decimos esto porque pensamos que es necesario usar un vocabulario especial para que Dios nos oiga. O, tal vez pensamos que es necesario decir muchas cosas o usar palabras muy hermosas y elegantes para que Él nos preste atención. La verdad es que la Biblia nos da varios ejemplos de oraciones  que son muy breves y sencillas, y Dios tenía respeto a ellas. Por ejemplo, un hombre pecador oró: "Dios, sé propicio a mí, pecador" (Lucas 18:13). Otro pecador, no sabiendo expresarse mejor, solamente dijo: "Acuérdate de mí cuando vengas en tú reino" (Lucas 23:42). No, Dios no requiere un modo especial de hablar para hacer oración. La Biblia contiene muchas oraciones de hombres de varias culturas, y no hay dos oraciones iguales.

Hay muchos que se han sentido frustrados porque han pedido algo de Dios y no lo han recibido. Ellos echan la culpa a Dios y dicen que El no existe. ¡Pero espérese! ¿Qué fue lo que pidieron? Muchas veces queremos cosas que nos causarían daño. Esto es porque nuestro entendimiento es limitado, y solamente vemos lo que queremos para el día de hoy. ¿Daría una madre un cuchillo afilado a su hijo de tres años, si lo pidiera?.

¿Cómo debemos orar? Sobre todo debemos humillarnos delante del Dios todopoderoso. El merece nuestro respeto y agradecimiento, puesto que es por su favor que podemos entrar en su presencia. Al orar debemos entregarnos a Él para servirle con todo corazón. Hable usted directamente y con franqueza  y sinceridad con Dios, diciéndole todo lo que siente y necesita. Dele gracias por oír su petición. Debemos orar solamente en el nombre de Jesús, porque Él dijo: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mí nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Juan 14:13).

Ore frecuentemente. Al hacer esto en la manera que enseña la Biblia, usted conocerá mejor a Dios y recibirá muchas bendiciones.

Si usted tiene una Biblia, siga estudiando este tópico importante en ella.

Puede empezar con Mateo 6:5-13 y Mateo 7:7-11.