Día 14 - Iluminaciòn Espíritual

Tesoros Devocionales - La Fe George Müller

 

Día 14 

Iluminación Espíritual

 

“Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el  Espíritu que procede de Dios, para que

entendamos lo que por su gracia Él nos ha concedido.”

 

1 CORINTIOS 2:12




¿ Cuál es la mejor manera o el mejor método para leer y meditar en las Escrituras? –preguntará alguien. En primer lugar, para familiarizarse mejor con ellas es absolutamente necesario que las lea  regularmente.
Que lea toda la Biblia y no como hacen algunos que la abren al azar y la leen en cualquier parte. Si la abren en el Salmo 103, lo leen, o en Juan 14, o en Romanos 8; ellos leen cualquier porción de la Escritura. Déjeme decirle con cariño  que para un hijo de Dios esa es una forma incorrecta de tratar el libro de su Padre; es incorrecto para el discípulo del Señor Jesús tratar así   a su Bendito Maestro. Permítanme animar a quienes todavía no lo han hecho, a leer el Antiguo Testamento desde el principio, y el Nuevo Testamento de igual manera. Leyéndolos al tiempo llevando un control de lo que se lee diariamente y del avance en la lectura.

¿Por qué es importante hacerlo? Existe un propósito especial en la forma en como están ordenadas las Sagradas Escrituras. Comienzan con la creación del mundo y terminan con su fin. Así como lee una biografía o un libro de historia, comenzando  por el principio hasta llegar su fin, así debe leer la revelación de la voluntad de Dios, y cuando llegue al final, comience de nuevo, así sucesivamente.

Pero esto no es todo. Hay algo más que es necesario. Cuando usted se acerca a este libro bendito, el punto clave es hacerlo con una profunda conciencia de su ignorancia, buscando de rodillas  la ayuda de Dios para que lo instruya mediante de su Espíritu. Si no entiende algunas porciones, no se desanime; acérquese una y otra vez al Señor y Él lo guiará paso a paso y lo instruirá en el conocimiento de su voluntad. Y con un creciente conocimiento de Dios logrado humildemente obtenido mediante la oración; usted recibirá algo que solamente llene su cabeza sino  también su corazón; algo que anime,  consuele y fortalezca su ser interior.

 

Glorioso Padre, dame el espíritu de sabiduría  y revelación para que yo pueda conocerte

mejor.  Que  los ojos de mi entendimiento sean iluminados para que yo sepa la esperanza a la

cual me has llamado, para que conozca las riquezas de tu gloriosa herencia en los santos, y tu

incomparable y gran poder para nosotros los que creemos. Amén.