¿Cuándo Necesitamos Un Avivamiento?

Cuando No Amamos a Dios Como Lo Amábamos Antes

 

* Cuando nuestros intereses terrenales son más importantes para nosotros que las cosas espirituales.

* Cuando preferimos mirar TV y leer cualquier otra cosa, menos la Palabra de Dios.

*  Cuando no tenemos deseo de orar.

* Cuando conocemos la verdad en nuestra mente pero no la practicamos en nuestras vidas.

* Cuando hacemos muy poco esfuerzo en testificar a los perdidos.

* Cuando tenemos tiempo para todo lo demás menos para estudiar la Biblia.

* Cuando no nos conmovemos delante de la Palabra de Dios.

* Cuando los creyentes están enemistados y no sienten deseo de reconciliarse.

* Cuando los esposos y esposas cristianos no están orando juntos.

* Cuando nuestros matrimonios sólo co-existen en lugar de estar llenos del amor de Cristo.

* Cuando nuestros hijos están creciendo moldeados por el mundo delante de nuestra vista y paciencia.

* Cuando nos preocupamos más por la educación intelectual de nuestros hijos que en la situación de sus almas.

* Cuando el pecado es tolerado en la iglesia.

* Cuando permitimos que el chisme, el criticismo y la falta de amor nos domine.

* Cuando nuestro canto y nuestra adoración en la iglesia es carente de vida.

* Cuando nuestros corazones están fríos y nuestros ojos secos.

* Cuando estamos aburridos con la alabanza.

* Cuando necesitamos que haya diversión para venir a la iglesia.

* Cuando no extrañamos la compañía del pueblo de Dios.

* Cuando nos pesa dar para la obra del Señor.

* Cuando no ejercemos nuestra fe en el poder de Dios.

* Cuando estamos más preocupados por lo que otros piensan de nosotros, que lo que Dios piensa acerca de nosotros.

* Cuando el fuego se ha apagado en nuestros corazones, nuestros hogares y en nuestra iglesia.

* Cuando estamos tan ciegos que no nos damos cuenta de que necesitamos de un avivamiento.

 

“He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”  Isaías 59:1-2.