El Mayor Avivamiento de La Historia
Avivamiento: "Un período de renovado interés religioso; una reunión evangelística o una serie de reuniones muy emotivas".
Ha habido muchos auténticos a lo largo de la historia. Pentecostés, la Reforma y el Primer Gran Despertar, por nombrar algunos. Y han habido más que son cuestionables. Las líneas de tiempo del avivamiento enumeran los avivamientos más grandes de la historia que rodea acontecimientos y personas tales como calle de Azusa, Aimee Semple McPherson, y Charles Finney. Un honesto examen histórico y teológico de estos cuestionaría la autenticidad de estos avivamientos.
Los intentos de avivamiento se convirtieron en algo de moda en el siglo pasado. Individuos han ofrecido instrucciones de "cómo hacer" para incitarlos. Grandes eventos se organizan para programar avivamientos.
Pero, por lo que sabemos, el mayor evento de avivamiento de la historia ocurrió hace unos 2800 años en una de las ciudades más malvadas del mundo. Y fue muy diferente de muchos supuestos avivamientos en los últimos tiempos.
"Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino.
Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.
Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.
Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.
E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.
¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?
Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo" (Jonás 3:3-10).
Este pasaje registra el arrepentimiento de la gran ciudad, Nínive en algún momento a mediados del siglo VIII a.C. fue un acontecimiento glorioso, inigualable en la historia.
Aquí están algunas observaciones del acontecimiento de avivamiento más grande en la historia:
1. Las Conversiones eran de Cientos de Miles.
De Jonás 4:11, parece que probablemente había 120.000 niños en Nínive. Que fácilmente pone la población total de más de 500.000.
Al predicador del avivamiento George Whitefield se le preguntó una vez después de un acontecimiento grande, "¿Cuántos fueron convertidos?" Él respondió, "veremos en seis meses".
Probablemente sea mejor que tengamos cuidado al enumerar las conversiones. Simplemente no sabemos. Pero, cuando Dios los enumera como con Nínive, podemos estar seguros. Este fue el mayor avivamiento de la historia.
2. Excepto por La Conversión, no Hubo Señales y Maravillas.
No se menciona a nadie caer, sanar o resucitar a otros por el Espíritu. Por el aspecto de las apariencias, era un acontecimiento muy simple y ordinario: Había un tipo predicando y caminando. Para muchos avivadores de nuestros días, habría sido absurdo y aburrido.
Pero los resultados fueron increíbles: Unos cuantos cientos de miles vieron, odiaron y se apartaron de su pecado, y amaron y se volvieron al Dios de la Biblia. Y esa es la única señal y maravilla de todos ellos.
3. La Predicación no fue Tan Grande.
No hubo historias fascinantes; no hubo ilustraciones cautivantes; no hubo leyendas urbanas sacudidas por las lágrimas; no hubo promesa de bendiciones cayendo del cielo esa semana.
Muchos mejores sermones han sido predicados por hombres mucho más piadosos, y nadie fue salvado. Era simplemente una verdadera palabra del Dios verdadero. Y eso fue suficiente.
4. El Predicador no era Nadie Especial.
Jonás no era el mejor ejemplo de piedad. Luchó con la obstinación, la ira, el desánimo, e incluso el suicidio. Nadie lo habría contratado para escribir un libro o hablar en una conferencia. Pero Dios aún lo usaba.
Esto no es excusa para la impiedad en el pastorado. La Escritura deja claros los requisitos del carácter para los pastores (1 Timoteo 3:1-7, Tito 1:6-9, 1 Pedro 5:2-3). Sin embargo, la imperfección espiritual no impidió este avivamiento.
5. El Contenido de La Predicación era la Ira y el Juicio.
Los supuestos avivamientos hoy en día suelen contar con oradores carismáticos diseñados para influir en las masas.
Pero el mayor avivamiento de la historia fue un hombre quebrantado y poco impresionante, cuyo único mensaje era la inminente ira de Dios.
6. El Evento no Contó con un Edificio, Música o Espectáculo Impresionante.
Un hombre mediocre simplemente caminó por una ciudad de maldad colosal y predicó un breve mensaje de juicio de Dios.
Jonás no tenía luces ni accesorios; no tenía ningún movimiento sincronizado con la música de fondo suave de un manipulador orador motivacional. Era sólo un hombre que hablaba la palabra de Dios a una ciudad destilando mal.
7. El Evento no Fue un Avivamiento Programado.
El hombre puede programar un juego de pelota; puede programar una película, un teatro, y un circo, pero él no puede programar el avivamiento verdadero. ¿Por qué? Porque el verdadero avivamiento es el acontecimiento en el que Dios usa a un hombre ordinario a través de los medios ordinarios de la gracia para producir conversiones genuinas y extraordinarias.
El hombre no puede programar avivamiento porque el hombre no es Dios. Dios no se somete a las reflexiones teatrales del hombre y al calendario egocéntrico. Presumir programar avivamiento es usurpar el lugar de Dios y manipular las emociones del hombre.
8. No Hubo una Reunión de Oración de Avivamiento.
Predicar sin oración es presumir de Dios y jactarse en uno mismo. Sin embargo, aunque la oración es esencial para acompañar la predicación, no es la clave mágica que desbloquea el avivamiento. Dios simplemente decidió actuar por y para sí mismo.
9. La Evidencia del Avivamiento fue Quebrantamiento Sobre el Pecado.
Si escribe "Avivamiento", el Internet trae cientos de imágenes de personas de pie con las manos levantadas. Pero si estabas allí en Nínive ese día, nadie estaba de pie. En aquel avivamiento se veía a pecadores boca abajo, destrozados por sus ofensas contra Dios. Fue similar en Pentecostés (Hechos 2:37).
Simplemente no hay explicación natural detrás del gran Avivamiento de Nínive. Es imposible. Una ciudad llena de asirios violentos, desgarradores de piel, idólatras, orgullosos, perversos en el octavo siglo. Aparece un hebreo mediocre y amargado que clama fuego y azufre, y unos cuantos cientos de miles se desploman de rodillas en arrepentimiento ante Dios.
"¿Quizás Dios sea misericordioso con nosotros?" De hecho. ¡Qué glorioso milagro! No puedo esperar a conocer a mis hermanos y hermanas asirios en el cielo.
Gloria a Dios. Simplemente somos delirantes si suponemos que la salvación puede ser explicada por otra cosa que no sea la soberana mano de Dios que elige, atrae, ilumina, regenera y convierte. No hay nadie como este Dios.
No podemos maquinar más un avivamiento con nuestras tácticas. La única explicación para la conversión de los de Nínive es la gracia soberana de Dios.
Predicación, predicadores, oración, edificios, y más; tan importantes como son, no pueden lograr nada a menos que el Dios de la Biblia decida actuar. No hay nada que un ser humano pueda hacer para incitar al avivamiento.
Ciertamente Dios manda y usa la predicación bíblica a través de hombres bíblicamente calificados, pero aun así, somos totalmente dependientes de Él para actuar. Si es cierto que los pecadores están muertos en pecado, entonces resulta que el verdadero avivamiento es un acontecimiento reformador, tal como lo fue con Nínive.