La Ira

 

LA IRA es uno de los pecados del hombre más desoladores, ya que es un pecado que todo el mundo es capaz de cometer.

La ira produce remordimiento en el corazón, discordia en el hogar, amargura en la comunidad y confusión en el Estado. Frecuentemente los hogares se destruyen por tornados que producen airadas discusiones domésticas. Las relaciones comerciales quedan rotas muchas veces por causa de arranques de MALGENIO en que la razón queda nublada por la ira. Es corriente que las amistades se rompan por causa del agudo cuchillo de la rabia, afilada con la piedra de la ira (Tito 1:7).

La IRA es algo que la Iglesia denuncia y que las Sagradas Escrituras condenan; es algo que asesina que asalta y ataca, ocasionando a sus víctimas tanto daño físico como mental. (Colosenses 3:8 - Gálatas 5:19-21 y 5:26)

Dios aborrece la ira porque ha causado tanta desgracia y confusión en el mundo. Leemos en el  Salmo 37:8 "DEJA LA IRA Y DESECHA EL ENOJO; no te excites en manera alguna a hacer lo malo". Jesús la condenó con firmeza y la situó en la misma categoría de ese atroz pecado que es el asesinato. En Mateo 5:22 dijo: "Pero yo os digo que cualquiera QUE SE ENOJE contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al Infierno de Fuego".

Salomón dijo en Proverbios 16:32 "Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad". La Biblia vuelve a decir en Santiago 1:19 "Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, TARDO PARA HABLAR, TARDO PARA IRARSE (LEA Proverbios 11:23 - Proverbios 12:16 - Proverbios 14:17 - 15:1 - 27:3,4 - 29:8).

La ira es un pecado atroz porque revela la naturaleza animal del hombre. Muchas personas son encantadoras  y a todo el mundo agradan, hasta que se dejan obsesionar y dominar por la ira, y entonces se transforman en criaturas repulsivas e irracionales, y más parecen bestias que personas civilizadas. A veces, la Ira se siente como un fuego interno, quema las entrañas. Uno ve rojo y se siente ardiendo y sudoroso. Muchas personas describen su experiencia de ira como que les hierve la sangre. (LEA Proverbios 15:18 - Proverbios 19:19).

Los médicos nos dicen que cualquier emoción humana, al ser estimulada en exceso, produce una superabundancia de adrenalina que la naturaleza misma se ve obligada a suplir a fin de abastecer de nuevo el agotamiento emocional de nuestro sistema. La persona que tiene muy mal genio utiliza esta cantidad extraordinaria de energía para alimentar la llama de su pasión, en vez de utilizarla para apagar el fuego. (Efesios 4:31 - Colosenses 3:8).

LA IRA no solamente hace que brote a la superficie la naturaleza animal del hombre, sino que es un impedimento para el testimonio cristiano. Pedro, enfurecido por los soldados romanos, agarró una espada y le cortó la oreja al siervo. Jesús lo regañó por su espíritu iracundo y dijo en Mateo 26:52 "Todos los que tomen espada, a espada perecerán". MÁS  DE UN TESTIMONIO CRISTIANO SE HA ARRUINADO POR CULPA DE LA IRA CARNAL. Había una vez una cristiana que sentía grandes deseos de que su esposo encontrase a Cristo. Un día el pastor le habló al esposo acerca de su alma, y quedó muy sorprendido cuando el hombre le dijo: Yo no soy muy antirreligioso, -Pero sí el cristianismo me va a convertir en una persona tan iracunda como mi esposa, yo no quiero saber nada de eso. Poco tiempo después la mujer cambió su actitud y su esposo debido a su buen testimonio se unió a la Iglesia del Señor Jesucristo. (LEA Proverbios 21:19 - Proverbios 22:24).

Caín se enojo antes de matar a Abel. La ira aprieta el gatillo de la pistola del asesino, administra el veneno y afila el puñal del asesino. Causa desolación, mutilación y destrucción. La ira enciende el fuego de la pasión, avienta la llama de la envidia y deja el alma estéril y asolada. (Proverbios 29:22)

Muchos de nosotros somos culpables de este pecado atizonador, aunque nos excusamos echándole la culpa de nuestro incontrolable mal genio a nuestra disposición natural. Pero en el fondo de nuestra conciencia sabemos que está mal. Hay en nosotros la obsesionante convicción de que estamos contristando al Espíritu de Dios cuando nos dejamos dominar por nuestro violento temperamento.

Toda mi familia pierde fácilmente el dominio propio. Lo he heredado de mi madre". O "Todo el mundo pierde alguna vez el control. ¿Qué hay de malo en eso?".

La Biblia dice en Efesios 4:26,27 "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”. Esto no es en manera alguna una autorización en blanco para airarnos indiscriminadamente (Vs 31). Airaos  El hombre se debe indignar contra todas aquellas practicas que Dios abomina y que van en contra de la Palabra de Dios, esto no quiere decir que debe vivir malgeniado e iracundo, sino estar en desacuerdo con estas practicas. No pequéis,  El hombre debe tener dominio propio y templanza para no pecar. No alimentar la ira El mandato "no se ponga el sol sobre vuestro enojo" nos manda a tratar con nuestra ira tan pronto somos conscientes de ella.

Satanás sabe como explotar la ira y convertirla en ira pecaminosa y egoísta. Una vez conseguido que alimentemos y justifiquemos nuestra ira, no estamos lejos del odio, la venganza, la negativa a perdonar y la violencia.

LA INDIGNACIÓN JUSTIFICADA

La Biblia nos enseña, sin embargo, que existe la indignación legítima y plenamente justificada. Es más, si en ciertas ocasiones no mostramos UNA INDIGNACIÓN JUSTA, puede que estemos pecando. Así que hay una clase de ira que está justificada y que es digna de alabanza a los ojos de Dios.

La ira a la que me refiero es la siguiente: DEBEMOS ENFADARNOS, DEBEMOS INDIGNARNOS CON TODA JUSTICIA ANTE EL PECADO,  la corrupción y la inmoralidad que nos rodea. Debemos sentirnos justamente  INDIGNADOS ANTE LA SUCIA LITERATURA que aparece en nuestros países. Debemos también mostrarnos INDIGNADOS ante la horrible corrupción que de vez en cuando se descubre en los lugares de altos cargos, así como ante la corrupción de muchas de nuestras ciudades y ante los malhechores que caminan por nuestras calles. ANTE ESTAS COSAS SÍ SE JUSTIFICA LA INDIGNACIÓN.

LA IRA DE DIOS

Existe una clase de ira y esa es la IRA DE DIOS. Leemos en Romanos 1:18 "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad". Leemos otra vez en Colosenses 3:6  "...Cosas por las cuales viene LA IRA DE DIOS SOBRE LOS HIJOS DE DESOBEDIENCIA”.

 Dios es un Dios Santo y justo y sus ojos son demasiado puros como para tener que contemplar la maldad. CUANDO EL PECADO APARECE ANTE SU VISTA, LA SANTA IRA DE DIOS EXPLOTA EN FUROR Y EN INDIGNACIÓN EN CONTRA DEL PECADO.

John Stott nos recuerda que debemos airarnos por las cosas que aíran a Dios. "El mal flagrante debería producir en nosotros INDIGNACIÓN, NO TOLERANCIA, IRA, NO APATÍA. Sí Dios aborrece el pecado, su pueblo debería aborrecerlo también. Si el mal provoca su ira, debería también provocar la nuestra”. (Salmo 119:53).

LA IRA DE DIOS no es una aberración de amor sino una extensión de su amor. Los autores del Antiguo Testamento confirman la conexión amor-ira con la siguiente afirmación: "Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, LENTO PARA LA IRA, y grande en misericordia y verdad". (Salmos 86:15 - Éxodo 34:6 - Números 14:18 - Salmos 103:8 y 145:8).

La Biblia enseña claramente que aunque DIOS ES LENTO PARA LA IRA (Éxodo 34:6,7), hay muchas cosas que por su inmenso amor Él aborrece, menosprecia y castiga. Dios se aíra en forma lenta pero segura contra aquellos que son desobedientes y no guardan sus mandamientos.

Llegará el día en que este mundo verá un derramamiento de la ira de Dios. En aquella hora fatal, el Hijo de Dios desatará la justicia y la venganza de su Padre contra todos los que han intentado encontrar y defender la vida en sus propios términos (2 Tesalonicenses 1:5-10). Además, el que NO cree en Jesucristo, la ira de Dios Padre está sobre él (Juan 3:36).