14. Las Lanzas del Chisme

 

 

 

 

 

 

LAS LANZAS DEL CHISME



Las personas intrigantes, chismosas, y malévolas son una epidemia en la sociedad, las familias, y las congregaciones. Cuantas familias se destruyen, se dividen a causa de miembros amantes de la intriga, los rumores y el chisme. En esto del chisme, es como en la casa del jabonero: El que no se cae, resbala. Sin embargo, otra característica de la vida auténticamente cristiana es evitar el chisme.

Antes de continuar, permítame una explicación sobre lo que es el chisme. Según el diccionario, chisme es la noticia verdadera o falsa con que se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna forma. La definición en muy clara, el chisme es el arte de esparcir noticias, las cuales pueden ser verídicas o falsas, con el propósito claro de hacer daño a unos, ante otros.

Cuando alguien dice: "A mí no me gusta el chisme", está tratando únicamente de ocultar su verdadera identidad. Quiere tapar la maldad y la malicia que de continuo alimenta su mente mezquina. Está sólo haciendo una confesión subconsciente de lo que realmente es.

Otro diccionario define el chisme como "hablilla, murmuración o conversación malsana acerca de una persona ausente". Hablar a espaldas de la gente es un acto cobarde que sólo descubre la falta de caridad en el alma.

El amor, por lo contrario, es diferente. El que de veras ama no murmura. La gente cuyo corazón está lleno de amor habla de ideas, de planes, de cosas que edifica y eleva a los demás. La gente que tiene amor en su alma cuida lo que dice, no daña, no planifica maldad, no atesora venganza en su mente ni en su corazón. La gente insignificante y acomplejada habla de la otra gente.

La Biblia da cuatro características del chismoso:

1) Falsedad

2) Maldad

3) Voracidad

4) Vaciedad El que se ocupa del chisme aparenta amistad. El que se ocupa de los rumores aparenta ser bueno, Pero en el fondo no es más que un falso. En Proverbios 11:13 Salomón dice: "El que anda en chismes descubre el secreto. Mas el de espíritu fiel lo guarda todo..." El que anda en chisme traiciona la confianza descubre lo que de otra manera se mantendría discreto y está deseoso y muy presto a soltar gratuito las amarras de su venenosa lengua. Su fiesta más rica está en el bembeteo. No se mide para agredir y perjudicar la víctima de su habladuría. El chismoso es falso e infiel. Varias cosas que suceden a las personas es mejor que se las guarde en secreto, no para encubrir el pecado, sino para no causar más daño que el que ya ha causado el pecado, pero cuando una persona comienza a divulgar lo que pasó, está descubriendo el secreto, y causando un grave mal a quién es víctima del chisme.

Además de falso, la Biblia adjudica una segunda característica al chismoso. La maldad. Dice la Biblia: "El que cubre la falta busca amistad, mas el que la divulga aparta al amigo"(Prov. 17:9). La separación intencional de amistades es una maldad. Cuantas familias tienen una persona que se ocupa de averiguar y divulgar las debilidades de los demás, aparentando ser serviciales y sacrificados. Un chisme de por medio ha roto amistades y relaciones familiares de muchos años. El que usa mal su lengua, aquel que retuerce alevosamente los hechos y coquetea con palabras suaves, es un agente del mal. Es un conocedor del maléfico poder del chisme, el cual usa para apartar a las gentes. Su método es agrandar las faltas, sean supuestas o reales, y su motivo es la envidia, la intriga y la perfidia. Con el chisme se enlodan caracteres, se destruyen familias y se dividen congregaciones. El que se presta al chisme sirve a los intereses del infierno y a los planes aviesos del enemigo de las almas. El que se envuelve en chismes y murmuraciones es colaborador del rey de las tinieblas mismo.

 

El chisme divide aún a los mejores amigos. Eso es lo que dice la Biblia. En Proverbios 16:28 leemos lo siguiente: "El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos". El chisme es como un filo cuchillo que corta los vínculos más fuertes de amistad. Alguien ha personificado al chisme de esta manera: Destruyo hogares, destrozo corazones, arruino vidas. Viajo en las alas del viento. No me importa la verdad, no tengo respeto por la justicia, no tengo misericordia por el indefenso.

 

La tercera característica con que la Biblia destaca al chismoso es la voracidad. Dice la Escritura: "He aquí un pequeño fuego, ¡cuán grande bosque enciende y la lengua es un fuego, un mundo de maldad" (Sant. 3:5-6). Si la carne energiza la lengua su voracidad se deja ver pronto, él incendio voraz se hace manifiesto. ¡Qué distinta la lengua puesta al servicio del Espíritu Santo! ¡Cuánta edificación, cuánta unión, cuánta inspiración promueve entre los mortales!

La última característica con que la Biblia destaca al chismoso es la vaciedad. El que anda en chismes es como una nube sin agua, una cisterna seca o una nuez vacía. Santiago dice: "Si alguno entre vosotros se cree religioso y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana" (Sant. 1:26). Esta declaración de Santiago es una amonestación terminal. Debe hacer pensar y debe poner a temblar a cualquiera que se dé el lujo de usar su lengua con descuido. Debe ser una invitación para que uno re-examine la relación que dice tener con Dios, no sea que esté edificando su casa espiritual sobre un fundamento falso. Para chismear hay que disponer de mucho tiempo. Se necesita tiempo para fabricar un chisme y tiempo para diseminarlo. La persona ocupada difícilmente invertirá su tiempo en hablillas baratas. Lo que uno hace cuando no tiene nada que hacer, indica la medida de su madurez mental y la riqueza espiritual del ambiente en que se desenvuelve.

En el Salmo 101:5 David mostró el método que tenía para parar el chisme. Dice David: "Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré…."  Dice el sabio Salomón: "No te entrometas, pues, con el suelto de lengua" (Prov. 20:19). Reina Valera 1995 traduce este verso así: "No te juntes con el de labios fáciles". El método aducido aquí es el de aislar al que promueve y pasa adelante habladurías infames. Dice en Proverbios 26:20 "Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda". Se apaga el fuego... cesa la contienda... No hay duda de que la mejor forma de apagar un fuego es separando los palos de leña apartando sus brasas. Otro efecto del chisme son las peleas. Así como la leña aviva el fuego, el chisme aviva la pelea. El hogar donde hay chisme es un hogar donde habrá peleas. La iglesia donde hay chisme es una iglesia donde habrá peleas. La oficina donde hay chisme es una oficina donde habrá peleas. Las peleas son inevitables donde reina el chisme. Cuando alguien se entera que está siendo objeto de un chisme, es inevitable que intente por todos los medios descubrir quién ha echado a rodar ese chisme. La consecuencia inevitable es el distanciamiento, la sospecha, la duda, la división y la discordia. Cuánta razón tiene la Biblia cuando dice que donde no hay chismoso cesa la contienda.

Solamente nosotros como individuos podremos mantenernos a flote y por encima de este vicio, la única forma cómo podremos bregarlo con propiedad cuando toque a nuestras vidas, es llenándonos de Dios. Hagamos el propósito de acercarnos más y más a Dios. Profundicemos nuestro cocimiento de Él por medio de la lectura y meditación de su santa Palabra. Bañemos continuamente nuestras mentes en las aguas de la oración. Presentemos a Dios por el Espíritu Santo, nuestros cuerpos y miembros como sacrificio vivo. Dejémonos llenar del Espíritu de gracia, de bondad, de fe, de mansedumbre, de paz, de templanza, de gozo y de amor. Así sólo y sólo así estaremos en condiciones de vencer esta tendencia cuando apareciere en nosotros mismos, y así sólo y sólo así podremos "acallar" radicalmente y "separar" eficazmente a los que con sus rumores dañosos envenenan a los "suyos".

La diferencia entre un chisme y un rumor, es que el chisme esparce noticias verdaderas o falsas, en cambio el rumor esparce noticias falsas. Tanto el chisme como el rumor tienen el propósito de atentar contra la integridad o la imagen de una persona.

Consideremos los efectos del chisme. La Biblia nos habla de varios efectos, todos ellos negativos. Al respecto de que el chisme puede viajar en las alas del viento, viene a mi mente una historia que oí hace algún tiempo en la radio.

"La esposa de un granjero había echado a rodar por el vecindario un chisme infundado acerca del pastor de su iglesia. Todos los habitantes del pueblo se enteraron de lo que supuestamente había hecho aquel pastor. Algún tiempo después, la mujer que corrió el chisme se enfermó gravemente y temiendo que iba a morir confesó que lo que había dicho sobre el pastor de la iglesia era falso. Gracias a Dios no murió y más bien recuperó la salud. Arrepentida por lo que había hecho se fue a buscar al pastor en su oficina a rogar que le perdone. El anciano pastor le dijo: Con mucho gusto le perdonaré siempre y cuando me complazca un deseo. Por supuesto, dijo la mujer. El pastor prosiguió diciendo: Vaya a su casa, mate una gallina negra, sáquele todas las plumas, póngalas en una canasta y tráigalas acá. La mujer regresó en una media hora. Aquí está lo que me pidió, dijo al pastor. Este miró la canasta llena de plumas de la gallina negra y dijo: Muy bien, ahora quiero que vaya a cada esquina del pueblo y arroje un puñado de esas plumas, las que sobren llévelas a la parte más alta de la torre de la iglesia y arrójelas al viento y luego venga a verme nuevamente. La mujer hizo exactamente como el pastor le pidió. Cuando regresó donde el pastor con la canasta vacía, el pastor le dijo: Ahora quiero que vaya por todo el pueblo y recoja todas las plumas que arrojó sin que falte una sola. La mujer se quedó mirando la cara del pastor y dijo: ¿Qué? ¡Eso es imposible! El viento habrá llevado las plumas quien sabe a dónde. Poniendo su brazo sobre el hombro de la mujer, el pastor le dijo: Así es querida hermana. Yo le perdono por chismear contra mí, pero nunca olvide que es imposible arreglar el daño que puede causar un chisme".

Ahora hablemos del engaño del chisme. Esto me recuerda cuando yo me criaba en Puerto Rico recuerdo un programa de televisión, que la presentadora era una cantante llamada Martha Silva, ella tenía un segmento en su programa que se llamaba "échate pa acá" y una de las cosas que ella decía era "A mí no me gusta el chisme, pero me entretiene". 

Admitámoslo, todos sabemos que el chisme es malo, pero a todos nos entretiene. ¿Por qué? bueno, porque eso es lo que dice la Biblia. En Proverbios 18:8 leemos: "Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas". Por eso tantas revistas y programas que viven de esparcir rumores y de desacreditar a los demás son tan exitosos en Estados Unidos. El chisme se presenta siempre con un rostro atractivo, aristocrático, la Biblia lo ha comparado con un bocado suave, delicado, apetecible, pero penetra hasta las entrañas. 

Es tan fácil y tan atractivo prestar el oído a un chisme. Inclusive a veces lo justificamos pretendiendo que aparezca como algo inocente. Cuántas veces no habremos caído en el chisme al mencionar motivos para orar en alguna reunión de oración, por ejemplo. Cuando decimos que debemos orar por tal o cual persona por cuanto ha hecho tal o cual cosa, o le ha pasado esto o aquello. No está mal orar con conocimiento de causa, por cosas muy específicas, pero debemos tener mucho cuidado para no disfrazar el chisme bajo el manto de pedido de oración. No olvide que las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas. 

Ahora una exhortación contra el chisme. Se encuentra en Levítico 19:16 donde dice: "No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo". El chisme no agrada a Dios, el chisme no es bueno para el chismoso ni para el que es víctima del chisme. Por eso Dios ha condenado el chisme diciendo: No andarás chismeando entre tu pueblo. Es un mandato. Mucho bien nos haría enmarcar este mandato y colgarlo en alguna pared de nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo o inclusive en el templo donde se reúne la iglesia, pero mucho mejor nos haría si dejamos que este mandato se grave en nuestro corazón. Como notarás aquí se vincula el chisme con el asesinato. "No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo". El chisme, es un atentado contra el carácter del prójimo. Cuántas veces no habremos causado grave mal contra el carácter de nuestro prójimo, mediante un chisme que salió de nuestra boca. Debemos tener mucho cuidado con los chismes. Para eliminar el chisme de nuestras vidas tenemos que tomar algunos pasos: 

1. Reconozca y admita que el chisme es pecado. No hace falta ser un genio para determinar que Dios cataloga al chisme como pecado. Por algo dice la Biblia: No andarás chismeando entre tu pueblo. No excuse su pecado de chismear, no lo disfrace diciendo que sus chismes son inocentes y que jamás ha intentado causar daño a alguien con sus chismes. No olvide que aunque Usted no quiera hacerlo, todo chisme tiene el efecto de indisponer a unos en contra de otros.

2.  Confiese a Dios el pecado del chisme. Confesar significa ponerse de acuerdo con alguien. Cuando confiese a Dios el pecado del chisme, usted se estará poniendo de acuerdo con Dios, en que es chismoso y que su chisme atenta contra Dios y contra el prójimo.  

3. Evite contar algo negativo sobre alguien cuando ese alguien no está presente. Si lo hace, estará chismeando.


Cuando alguien venga a Usted con un chisme, de una forma muy amable, dígale: ¿Estaría dispuesto a decirme lo mismo que me está diciendo si la persona de quien me está hablando estaría aquí presente?. Usted no se imagina como algo tan sencillo como esto es un efectivo cuchillo para cortar de un tajo los chismes. No olvide que peca tanto el que propaga el chisme como el que oye el chisme. Para propagar un chisme, primero es necesario oír ese chisme. Lo mejor es cortar de raíz los chismes, evitando oír chismes.